El astigmatismo es un trastorno común de la visión que afecta la capacidad del ojo para enfocar claramente los objetos a cualquier distancia. Aunque puede presentarse a cualquier edad, comprender las causas subyacentes y los factores de riesgo asociados con el astigmatismo puede ayudar a detectarlo a tiempo y buscar el tratamiento adecuado. Las siguientes, son las causas del astigmatismo.

Anomalías en la forma del ojo

El astigmatismo generalmente se produce cuando la córnea, la superficie frontal transparente del ojo, no tiene una curvatura perfectamente redonda, sino que se curva más en una dirección que en la otra. Esta anomalía en la forma del ojo provoca una refracción desigual de la luz, lo que resulta en una visión borrosa o distorsionada.

Factores genéticos

La predisposición genética desempeña un papel importante en el desarrollo del astigmatismo. Si tienes antecedentes familiares de astigmatismo, es más probable que experimentes esta condición ocular en comparación con aquellos sin historial familiar.

Lesiones oculares y cirugías anteriores

Lesiones o cirugías oculares anteriores pueden alterar la forma de la córnea y causar irregularidades en su curvatura. Esto puede desencadenar o empeorar el astigmatismo, lo que hace que la visión se vuelva borrosa, distorsionada o imperfecta.

Malos hábitos visuales

El uso excesivo de dispositivos electrónicos sin descanso adecuado, la lectura en condiciones de iluminación deficiente y mantener una distancia inadecuada al leer o trabajar en una pantalla pueden contribuir al desarrollo o empeoramiento del astigmatismo con el tiempo.

Condiciones oculares subyacentes

Algunas condiciones oculares subyacentes, como el queratocono (una condición en la que la córnea se adelgaza y abulta hacia afuera en forma de cono) o la presencia de cicatrices en la córnea, pueden alterar la forma de la córnea y provocar astigmatismo.



Cambios en la estructura del cristalino

Alteraciones en la estructura del cristalino, la lente natural del ojo, pueden causar astigmatismo. Cambios en la forma o la posición del cristalino debido al envejecimiento o a ciertas condiciones oculares pueden influir en la refracción de la luz y afectar la visión.